Ver en Folio: https://micoru90.folio.uoc.edu/2022/12/11/apuntes-ha-pec3/

⚠️ Disclaimer: estos apuntes los he hecho mientras releía los recursos y veía los vídeos, por lo tanto es tu responsabilidad comprobar que ésta información es correcta.

¿Cuándo se es artista?

Prueba de Evaluación Continua 3 (PEC3)

Entrega: 29 de noviembre 2022, 24:00

Enunciado

Figura del artista y cómo ha evolucionado a lo largo de la historia y en diferentes contextos culturales.

  • ¿Qué significa ser artista?
  • ¿Quién es artista?
  • ¿Estamos ante un concepto universal?
  • ¿Siempre han existido artistas?

Mirar los autorretratos con ojos críticos, ya que más allá de su retrato, nos ofrecen una imagen de su profesión, estatus y entorno en el que trabajan.

Definición de artista desde el punto de vista teórico y a partir del testimonio de los propios artistas: sus palabras, conocer sus reflexiones sobre su labor como artistas y las implicaciones de su dedicación a una labor creativa a través de cartas, manuscritos y textos teóricos.

La finalidad de la actividad es:

  • Revisar los cambios que el concepto de artista ha experimentado en diferentes contextos.
  • Analizar la dicotomía arte/artesanía y artista/artesano para observar si es un concepto universal y unívoco o bien existen claras diferencias entre culturas.
  • Provocar vuestra reflexión para que expreséis vuestro posicionamiento como artistas.

Objetivos:

  1. Analizar la historia del arte desde la perspectiva del artista.
    1. Comprender el concepto de qué/quién es un artista según el momento histórico y cultural.
  2. Establecer las bases conceptuales y profesionales para la comprensión de la práctica artística.
    1. Comprender cómo ha cambiado y evolucionado la práctica artística a lo largo de la historia y según las diferentes culturas.

Formato A:

  • Ensayo de 5 páginas como máximo en el cual comparo mi posición o idea de artista con la de algún artista del pasado.
  • Argumentación basada en el uso de textos académicos, aunque se puede incluir mi percepción subjetiva.
  • Entrega parcial optativa: resumen e índice con los principales temas a tratar en el ensayo.

Times New Roman 12 con interlineado 1,5

Recursos

 


La invención del arte: una historia cultural

Larry Shiner

El cambio en la condición de los artesanos/artistas

71-80

  • El Renacimiento carece del ideal de artista autónomo que busca expresarse a sí mismo y ser original.
  • Cada vez más historiadores descartan la idea del artista renacentista individualista (proyectada de la moderna idea del artista autónomo), aunque sí es cierto que hubo mejoras en la condición social y la imagen de músicos, pintores y escritores.
  • Se escribe acerca del “artífice” que lega una “obra absoluta y perfecta”, dando un paso en la dirección moderna pero que no basta para afirmar que se alcanzó un concepto moderno de la obra de arte autónoma y del artista soberano.
  • En pintura, escultura y arquitectura, la condición de artesano/artista avanzó considerablemente, pero durante el Renacimiento no hubo un concepto regulativo del «artista· que los separara con respecto a los artesanos del vidrio, los ceramistas y las bordadoras.
  • 3 razones sugieren que se comience en este período el moderno concepto de artista:
    • el surgimiento del género “biografía del artista”
    • el desarrollo del autorretrato
    • el ascenso del “artista cortesano”
  • En la biografía del artista se trataba al pintor, escultor o arquitecto como una figura heroica, incluso hubo autobiografías.
    • El libro más famoso fue el de Vasari “Vida de los pintores, escultores y arquitectos más excelentes”. Vasari no escribió sobre artistas, seguían siendo artífices (hombre de oficio o artesano).
    • Ninguna de las principales lenguas europeas de la época establecía una distinción conceptual sistemática entre «artista” y «artesano» en el sentido moderno.
  • Surgió un nuevo género en pintura: el autorretrato independiente.
    • Los pintores se retrataban como gentilhombres mirando directamente al espectador, reclamando para sí una condición social elevada, lejos del carácter manual de su trabajo.
    • Autorretrato (1500) de Durero: pose de Jesucristo, atrevida pretensión del pintor de ser visto como un creador divino.
  • Los “artistas de corte” se destacaron de la mayoría de sus homólogos poniéndose al servicio de príncipes, unos pocos incluso fueron ennoblecidos. Algunos no cobraban (aunque aceptaban honorarios) para poder ser asociados con los nobles que no trabajaban a sueldo.
    • A diferencia del artista moderno, la mayor parte de los artistas de corte realizaban sus trabajos de acuerdo con una función específica más que como una pura expresión personal.
    • La mayoría recibía un sueldo por decorar habitaciones de palacio.
    • Algunos destacaron aún más pudiendo moverse de una ciudad a otra sin tener que pagar para ser aceptados como miembros de los gremios locales y seguir sus limitaciones en cuanto a materiales y precios.
  • Estas 3 condiciones fueron pasos importantes hacia la moderna imagen y condición del artista, pero la norma era la producción cooperativa en talleres que cumplían con contratos para realizar encargos decorativos, incluso se aceptaban encargos a medio terminar.
  • Se elevó el prestigio del arquitecto en tanto que era un ingeniero/diseñador, pero los albañiles y carpinteros tenían la libertad de modificar los diseños.
  • La prueba de que el artífice careciera de autonomía absoluta en el Renacimiento son los muchos contratos que todavía se conservan, donde se estipulaba el tamaño de la pintura o estatua, el precio, las fechas de entrega, el motivo y los materiales.
  • La costura, especialmente el bordado, se separó de las bellas artes debido a las implicaciones de género.
    • En la Edad Media la costura no era una actividad exclusiva de mujeres, también participaban hombres. Además, las mujeres trabajaban en todas las artes.
    • Durante el Renacimiento las mujeres siguieron siendo activas en casi todas las artes, incluso en las nuevas artes prestigiosas (pintura y escultura), aunque muchas de ellas eran hijas de pintores o trabajaban en los conventos.
    • Pese a la presencia de estas mujeres excepcionales, durante los siglos XIV y XV comienza a declinar el número de mujeres en las artes de mayor categoría.
    • Los gremios y cofradías dominadas por hombres empezaron a excluirlas, se prohibía incluso el trabajo femenino independiente.
    • Con el tiempo incluso en el bordado profesional se restringía a las mujeres.
    • Este hecho no fue sólo para eliminar la competencia económica, sino que empezó la transformación de la familia hacia el moderno hogar doméstico, asignando a la mujer el cuidado de los niños y el mantenimiento de ese hogar.
    • El bordado profesional era un trabajo de dificultad técnica y a las mujeres nobles se les ocupaba bordando para preservar su castidad y feminidad, por lo que el Renacimiento asistió al comienzo de un proceso que no sólo separó el bordado de la pintura sino que además subdividió el bordado en 2 artes: pública y doméstica.

El cambio en la condición de los artesanos/artistas

81-82

  • Las prácticas que hemos considerado (el taller, el contrato y el género) muestran que se dieron importantes pasos en dirección al espíritu moderno, las prácticas y conceptos vigentes del artesano/ artista en el Renacimiento estaban muy lejos de los modernos ideales del creador autónomo.
  • Durante el siglo XV, el conocimiento de la perspectiva, el modelado y el resurgimiento de los modelos antiguos, llevó a la convicción de que la pintura y la escultura no sólo requerían del aprendizaje sino además de ciertos conocimientos de geometría, anatomía y mitología antigua.
  • Se proyectó una imagen del artista como “artesano-científico”.
  • Es ahí donde surge la idea de “invención” (creación).
  • A finales del siglo XVI ese sentido “científico” de la “invención” se juntó con la “imaginación”, la “inspiración” y el “talento natural”.
  • Se decía que la brillantez o el talento naturales (ingegno) se manifestaban como gracia, dificultad, facilidad e inspiración.
  • Si un pintor conseguía un logro con facilidad y rapidez de ejecución, se decía de él que tenía facilidad para pintar.
  • La inspiración (furia) se creía que animaba a la imaginación y combinada con la facilidad producía obras tocadas por la gracia.
  • La “imaginación creativa” en la invención, la inspiración y la gracia son inseparables en este momento de la destreza y la imitación de la naturaleza a diferencia de ahora, pues las imitaciones se ajustaban al decorum, la regla de la verosimilitud y de lo apropiado.
  • Cuando en el Renacimiento se hace referencia a la melancolía no hemos de hallar equivalencia a nuestras modernas ideas de la vida bohemia y la rebeldía, pues los pintores no podían simplemente “pintar lo que quisieran”, pues el tema venía ya dado.
  • La pintura y escultura eran valoradas por la gracia que tenían a la hora de superar las dificultades que planteaba la ejecución, no por los criterios modernos de originalidad.
  • La antigua idea del artesano/artista quedó definitivamente separada en el siglo XVIII:
    • La imaginación, la gracia y la libertad eran para el artista creador.
    • La destreza, el trabajo y la utilidad de las obras eran para el artesano.

La imagen exaltada del artista

271-282

  • A medida que la revolución industrial empujaba a los pintores, músicos y escritores a verse igualados al rango de trabajadores asalariados, la figura ideal del artista fue cobrando una intensa aura de espiritualidad.
  • Muchos artistas vincularon su sentido de la elevada vocación espiritual a las tradicionales convicciones religiosas.
  • Componer, escribir y pintar no eran simples profesiones sino “las más elevadas” llamadas, que requerían de un sacrificio personal reservado antes a la religión.
  • El arte en sí mismo es ahora una creencia y el verdadero artista es el predicador de esa religión eterna.
  • El ideal exaltado del artista como profeta no estaba universalmente aceptado.
  • La creciente clase media permanecía inmune a los altos vuelos de la llamada artística y percibía a los pintores como trabajadores manuales y a los poetas, novelistas y músicos como productores de distracciones prescindibles.
  • En un siglo de rápida expansión económica e industrial, la elevación de la vocación artística era una reacción a la codicia y para expresar disconformidad.
  • Más tarde, muchos artistas tendieron a verse a sí mismos como miembros de una subcultura especial, con sus propias instituciones, círculos y convenciones, un mundo singular de belleza y valor espiritual en una sociedad incomprensiva y comercial.
  • La exaltada imagen del artista en el siglo XIX estaba ligada a la idea del artista como genio de la imaginación creativa.
  • Se creía que el genio y la imaginación eran rasgos característicos de los mejores científicos y de los mejores artistas.
  • La imaginación creativa se convirtió en el elemento central del ideal moderno del artista como genio.
  • Sin embargo, se volvía a excluir a las mujeres de tales talentos como la imaginación o el genio, pues “su intelecto no está hecho para la invención o la creación sino sólo para la dulce obediencia”.
  • Mujeres claramente creativas y artísticas eran consideradas no sólo como seres socialmente desviados, sino como monstruos desde el punto de vista psicológico.
  • Es chocante pensar que se insistía en que el genio era masculino, pero a la vez la creatividad tuviera aspectos “femeninos” como una mayor sensibilidad o la empatía, aunque se tenía que combinar con la firmeza viril del hombre.
  • “La feminidad no puede nunca incluir el genio”.
  • La idea de libertad también es importante. A medida que el mercado del arte y el público de arte empezaban a jugar un papel importante en el reconocimiento artístico y en la supervivencia de los artistas, las pretensiones de autonomía se ampliaban.
  • Las técnicas del papel y de la imprenta abarataron los libros, obligando a los periódicos a anunciarse para llevar a un público más amplio.
  • Se podía identificar la clase social del individuo por los periódicos o libros que leía, la música que escuchaba , las obras de teatro que veía o el tipo de pintura que prefería.
  • Surgió una creciente clase media con capacidad para adquirir cuadros y estatuas.
  • Había entonces diversos públicos para el arte, que implicaban una variedad de estilos y noveles de arte.
  • La idea del arte como vocación y su prestigio se tornó elevado, saturando el mercado de artistas en potencia en la segunda mitad del siglo XIX.
  • Atraídos por el aura de espiritualidad, por el culto al héroe y la retórica de la libertad, los artistas fundaron un discurso acerca del “espíritu contra el dinero” para explicar su falta de éxito.
  • Mancomunidades de arte: eran loterías organizadas por artistas en las que los premios eran cuadros. Desde el comité se criticaban estas loterías por degradar la profesión a simple negocio.
  • La creencia de la libertad del artista se manifestó de diversas formas pintorescas:
    • La imagen del bohemio (ostenta las normas de ambición, decoro y moralidad)
    • La figura del dandy (superioridad aristocrática con indumentaria extraña y actitudes públicas extravagantes)
    • El sufriente (pasivo, como los santos cristianos el artista asumía el sufrimiento como un signo de su elección)
    • El rebelde (agresivo, afirmación heroica, nada puede pararlos)
  • Muchos artistas perseguían el éxito comercial y el reconocimiento social.
  • La imagen del genio incomprendido y despreciado seguía siendo necesaria.
  • Surgió la imagen del artista como dedicado hombre de oficios, que sacrifica todo por la perfección de la obra, en pos de la creación de una obra maestra: “el artista es un hombre que vive sólo para su arte”.
  • Uso del término avant-garde para referirse al arte más avanzado: el desafío a las convenciones de la clase media, así como a los estilos artísticos e instituciones establecidas.
  • A principios del siglo XX, la idea de la vanguardia artística se había asimilado y la creencia de que el arte, la música y la poesía debían ser desconcertantemente nuevos (movimientos anti-artísticos como el dadaísmo o el constructivismo ruso)

 


Sabi-wabi-zen. El zen y las artes japonesas

Raymond Thomas (ver La perfección técnica)

 

La perfección técnica

  • Los maestros japoneses Zen llegan a rozar la perfección en el terreno técnico.
  • Es difícil que un occidental tenga la paciencia y la voluntad de trabajo del entrenamiento al que se somete un artista Zen durante toda su vida.
  • La forma de enseñar se basa en la imitación y la repetición (no como en Occidente).
  • Un profesor occidental tiene alumnos occidentales se enfrentará a esperadas preguntas lógicas, pero el profesor japonés no sabe contestarlas, pues los alumnos en Japón no suelen hacerlas, pues piensan que si el profesor no ha dado la explicación es porque no había que darla.
  • Los maestros japoneses demuestran cuando enseñan, siendo incapaces de concebir que alguien enseñe algo que no es capaz de efectuar.
  • El maestro muestra la técnica y los alumnos intentan imitarla lo mejor posible.
  • Para que el sistema funcione, la demostración del maestro debe aproximarse mucho a la perfección, pues es el “modelo”.
  • Los alumnos empiezan entonces una repetición constante de la misma técnica, hasta lograr que el cuerpo la ejecute automática e instintivamente.
  • Para aprender cualquier disciplina, el alumno busca un maestro y cuando es aceptado se compromete a obedecer ciegamente a su maestro.
  • La jerarquía maestro-alumno no plantea ningún problema en Oriente, pero cuando el alumno es occidental, comienzan los malentendidos:
    • El principiante pasará días sin dibujar sobre el papel, preparando todos los utensilios necesarios, entrenando la paciencia y la concentración.
    • Luego el maestro dibujará una raya que el alumno intentará copiar lo más exactamente posible.
    • El maestro va complicando las cosas si ve que el alumno domina perfectamente la última lección aprendida.
    • El modelo es el dibujo que hace el maestro y no la naturaleza.
    • Sólo al final del largo camino de aprendizaje y cuando el alumno haya superado todos los problemas técnicos, estará autorizado a dibujar según su sensibilidad.
    • El maestro enseña un camino: una forma de pensar, sentir y actuar a través de la técnica, intentando que sea lo más pura y tradicional posible.
    • La personalidad y las opiniones personales del alumno no tienen importancia, incluso pueden ser un estorbo.
    • No se debe tener innovación ni iniciativa personal, solamente imitar lo mejor posible, coger la manera, la destreza, logrando una acción espontánea sin que el espíritu tenga que intervenir.
    • Los alumnos japoneses, una vez deciden emprender el estudio de un arte y escogido un maestro, no se desaniman: dibujarán círculos hasta que el maestro diga basta.
    • Un occidental en la misma situación dibujaría cinco o seis círculos y diría “Maestro, ya he dibujado círculos, ¿qué debo hacer ahora?”, sin saber que con este sistema y desde el punto de vista oriental, nunca sabrá trazar un círculo.
    • Un oriental nunca pretenderá “saber” dibujar círculos, aunque los dibuje tan perfectos como lo haría con un compás.
  • Esa perfección nos asombra cuando examinamos las obras de los maestros.
  • Esta maestría técnica se clasifica en grados que se llaman dan.
  • Es raro que un japonés indique su grado y menos que se vanaglorie de él: cuanto más alto sea su dan, menos hablará de él, mientras que en Occidente sería la primera cosa que se diría.
  • Les asombra oír a un occidental pretender “dominar” tal cosa y luego ver que no llega ni a discípulo adelantado, para ellos, se han saltado pasos de aprendizaje por falta de paciencia:
    • Los maestros suelen decir que quien no tiene dificultades al comienzo, las tendrá más adelante.
    • Cuando surge una dificultad, el japonés no se conmueve.
    • El occidental, si ante una dificultad pregunta al maestro qué tiene que hacer, casi seguro que lo único que obtendrá como respuesta será: «Aprender a tener paciencia, esperar el tiempo necesario.»
    • En todas estas artes y en su enseñanza, se busca que el practicante se olvide por completo de sí mismo y que actúe libre de toda intención y eso se consigue teniendo la técnica apropiada, al punto que baste pensar en la palabra círculo para que el círculo se dibuje.
  • El alumno japonés posee buenos modales y cuando escoge un arte lo hace seriamente y se apasiona por él, por lo tanto al maestro no le cuesta persuadirlo para que lo imite.
  • No se trata, al principio, de fabricar un artista, sino un artesano que domine perfectamente su oficio.
  • El profesor ofrece a la clase su “demostración” e invita a los alumnos a hacer lo mismo lo más exactamente posible, con la misma técnica y la misma concentración mental.
  • Este camino hacia la maestría es muy difícil, penoso y solitario, pues nadie puede recorrerlo por nadie, es personal y el maestro únicamente es el guía.

La espontaneidad

  • En cualquier obra de arte hay 2 elementos:
    • inspiración = pensamiento
    • ejecución = técnica
  • Sin inspiración no hay creador ni artista, y en el período de aprendizaje no se considera esta cuestión, pues el maestro prohíbe a su discípulo introducir elementos personales.
  • Las obras consideradas de inspiración Zen son un reflejo de la naturaleza, aún cuando a un occidental pueden parecerle muy poco naturales.
  • La técnica se aprende: enseñanza directa de maestro a discípulo por medio de ejemplos sin teoría.
  • No es tener disposición innata, sino ser paciente y perseverante.
  • Primero se debe aprender a la perfección la técnica para poder dar rienda suelta a la inspiración, pues sino se corre el riesgo de producir fallos en la obra de arte.
  • Obra espontánea: sale libremente de la mente del artista y se ejecuta sin necesidad de que el espíritu controle la acción; la ejecución material parece espontánea y natural.
  • Actuar de forma espontánea será actuar “naturalmente” a través de reflejos condicionados (aprendidos por repetición), sin que la inspiración se malgaste en largos períodos de reflexión.
  • El arte, considerado desde la perspectiva Zen, es el acercamiento a la iluminación (Satori), que debe revelar la unidad de todas las cosas de la creación.
  • El Zen japonés es la filosofía del silencio, “la eterna soledad”. La iluminación no puede ser descrita ni explicada: los maestros crearán situaciones aptas para provocar en la mente del alumno la eclosión del Satori.
  • El artista Zen mira la naturaleza, la escucha, la penetra y la deja entrar en él: se identifica completamente con el paisaje, se olvida de que lleva un pincel en la mano, olvida a su brazo que guía el pincel, su cerebro no manda más a su brazo.
  • Todo eso es posible porque antes, durante mucho tiempo, se ha dedicado a ejercicios apasionados para la adquisición de la técnica del pincel.
  • En el Zen se compara la Vida con una pintura sumi-e. La vida no es como una pintura al óleo, que se puede retocar tanto como uno quiere, hasta llegar al efecto deseado. Es como una pintura sumi-e que no se puede retocar una vez hecho el trazo; bueno o malo, ya no se puede corregir. En la vida no podemos nunca más corregir lo que ya hemos realizado en actos, o en palabras, pues eso ya no nos pertenece más.

 


La intención del artista

Joan Campàs Montaner (YouTube)

  • ¿La obra responde sólo a la intención, estilo y saber hacer del artista?
  • ¿El arte depende (como creía Vasari) de las capacidades, de las intuiciones, de lo que quiere hacer el artista?
  • ¿Cuál es el estilo de un artista concreto?
  • ¿El estilo varía y se va adaptando al espectador?
  • El estilo:
    • ¿Es un tema de aptitud personal?
    • ¿Es un tema de saber hacer?
    • ¿Es un tema de intención?
    • ¿Es un tema de necesidades del cliente?
    • ¿Es un tema de componente social de la cultura?

Si pensamos que el arte, la pintura en particular y la pintura figurativa más en particular aún, tiende a copiar la realidad, tiende a imitar, es decir, si pensamos que el artista lo que tiene que hacer es imitar la realidad, diremos que una pintura es mejor que otra cuanto más se acerque a la figura que pinta y que intenta imitar. Por lo tanto, Vasari es el primero que dirá: es el artista lo importante en la obra, y es su manera de hacer, es su conocimiento, son sus aptitudes, etc. las que hacen que el arte varíe, las que hacen que el estilo evolucione.

Ahora bien, si consideramos que en el arte no hay progreso, si pensamos que el pintor pinta para un público en concreto, para a quién va dirigido, no hay por tanto ese progreso o esa evolución del arte, no se busca una evolución hacia una mejora, hay simplemente diferentes maneras de dirigirse a públicos diferentes.

 


El artista a lo largo de la historia

Joan Campàs Montaner (Módulo UOC)